2025–2012=13.

Sí, 13 años. Trece años pasaron desde la última vez que escribía en Blogspot. La moda pasó, pero yo seguí en mis diarios, escribiendo todos los días — o casi todos.

Pero se me ocurrio crear un blog (de nuevo) en mi propia web, y acá estamos otra vez. Siempre se vuelve al primer amor, ¿no es cierto?

Escribir, para mí, es una de las actividades más sanadoras que he encontrado. Cuando agarro mis libretas y cuadernos (porque claro, tengo miles y miles — siempre que me gusta uno, lo compro sin dudarlo, no lo puedo evitar) y empiezo a poner en palabras todo lo que sucede en mi cabeza, mi alma se calma. Me da paz.

Supongo que me da paz el hecho de poder escribir sin ningún tipo de filtro, sacar todo para afuera, sin tener que dar muchas explicaciones, sin sentirme juzgada, sin miedo, sin vergüenza.

Sin embargo, cuando publicaba en aquel entonces en Blogspot tenía tan solo 15 años, y no solo me encantaba compartir mis pensamientos, sino también darme cuenta de que aquello que escribía ayudaba a otras personas, o simplemente resonaba con ellas.

Trece años después, aquí estoy. Volviendo a hacer algo que me gusta. Fue un camino largo (y lo sigue siendo). Un camino que me hizo aprender, desaprender, deconstruirme, construirme de nuevo, tener miedo pero aun así arriesgarme… Un camino que me hizo entender que las cosas que realmente nos hacen bien, hay que hacerlas, cueste lo que cueste.

Básicamente, la vida.

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"El mundo es un libro, y aquellos que no viajan solo leen una página" -San Agustin